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La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) aseguró ayer que los desembalses de agua que se han producido en los últimos meses tras las intensas lluvias ... del pasado mes de marzo no se deben a la falta de inversiones e infraestructuras en esta cuenca, como así se ha denunciado desde diversas instancias, especialmente regantes y agricultores.
Según la Confederación, «no se podría haber almacenado mucha más agua aunque existiesen más infraestructuras por la intensidad excepcional de los episodios lluviosos en un corto periodo de tiempo, concentrados además en la parte occidental, que dieron lugar a los consiguiente desembalses y alivios en las presas de esta zona».
El órgano gestor de la cuenca del Guadalquivir sostiene que «difícilmente» se pueden ejecutar obras para almacenar ese agua desembalsada o las escorrentías generadas por las precipitaciones caídas en la parte no regulada de la cuenca.
Según la CHG, de haber contado con las dos infraestructuras previstas y pendiente en su plan, el volumen máximo que se podría haber embalsado hubiera sido de unos 80 hectómetros cúbicos más, 26,3 hectómetros cúbicos en San Calixto y 56,6 en El Agrio, frente a los solo cinco en Cerrada de la Puerta debido a la desigual distribución de las precipitaciones.
La Confederación subraya además que la función de los embalses no es solo almacenar recursos para el abastecimiento y el regadío, sino también regular y prevenir avenidas, como es un ejemplo el caso de San Calixto como medida de protección de Écija ante las inundaciones.
La Confederación argumenta que con los caudales extraordinarios que han llegado esta primavera al estuario del Guadalquivir como consecuencia de las avenidas extraordinarias han tenido efectos muy beneficiosos sobre esta masa de agua, y no solo desde el punto de vista medioambiental o de la regeneración de los ecosistemas, sino que entre los principales beneficiarios de estos efectos está también el sector arrocero, que ha podido comenzar la campaña de llenado de tablas y siembra con niveles óptimos de salinidad.
Según la CHG, 1.987 hectómetros cúbicos de agua llegaron al estuario desde la presa de Alcalá entre marzo y abril, de los que más de un millar procedían de embalses que habían superado su capacidad o resguardo, pero solo 265 hectómetros eran del Sistema de Regulación General, es decir, procedentes de las pantanos.
Las reservas de la cuenca del Guadalquivir aumentaron entre el 1 de marzo y el 30 de abril en 1.660 hectómetros cúbicos, mientras que en el Sistema de Regulación General el incremento fue de 1.225, volúmenes que representan un 20,6 y un 21,7% respectivamente de su capacidad total.
La gran cantidad de lluvia acumulada en un periodo de tiempo muy corto, entre marzo y abril, generó aportaciones extraordinarias en los embalses situados en Sevilla y Córdoba, lo que provocó los desembalses al superarse la capacidad de estos y velar por su seguridad.
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