ENTREVISTA

Alberto Camas: «Esta ciudad se merece ya balompié, baloncesto y balonmano en la élite»

–¿Qué supone garantizar el patrocinio de Trops hasta 2028?

-A todos en la entidad nos ha dado mucha alegría. Implica que tenemos un patrocinador principal fiel, que eso hoy en día es difícil de encontrar, que está apostando decididamente. Nos sentimos orgullosísimos de llevar su apellido puesto en la camiseta, que es muy corto y si se lee al revés es 'sport'. Es una marca que a nivel nacional es absolutamente identificable. Lo que sale desde el club es agradecimiento, nos permite una estabilidad, y también es una responsabilidad, y así también se lo trasladamos a los jugadores.

-Llevan seis temporadas en División de Honor Plata. El sueño es llegar a la Asobal, donde no hay un equipo de Málaga desde 1995. ¿A qué se debe la dificultad de la empresa?

- A que hay una igualdad tremenda. Los presupuestos son muy ajustados. La misma Asobal está perdiendo jugadores que van a ligas más competitivas en lo económico, como puede ser la portuguesa, la francesa o la alemana, que es la NBA del balonmano, y a su vez la Asobal le está quitando a la División de Honor Plata los jugadores. La nuestra es una competición muy bonita, precisamente por la igualdad que tiene. Cualquiera puede ganar o perder contra cualquiera, porque no hay mucha diferencia de presupuestos. Tenemos que trabajar todos mucho con la cantera, y depende generacionalmente con qué chavales cuentes desde abajo.

-Se acabó el ciclo de Quino Soler, que llevaba varios años entrenando al Trops. ¿Por qué ese cambio?

-Creo que los ciclos hay que intuirlos o verlos venir. No era tan complicado apreciar un desgaste, tanto en el banquillo como en la forma de jugar. Coincidiendo con una buena camada de jóvenes que vienen de abajo, era obligado ya el cambio de juego. Hemos sido el equipo menos goleado, pero también al que más le cuesta golear, y eso había que cambiarlo. Los ciclos se agotan, también en la directiva, que hemos disuelto al completo y ahora se convocan las elecciones en pocos días.

-¿Tiene la intención de seguir al frente?

-Voy a intentar de nuevo marcharme, pero a ver si hay algún valiente que da el paso al frente, y si no seguiré porque soy un convencido de que Málaga, por lo voluminoso que es ya demográficamente hablando y lo importante en el panorama nacional, deportivamente se merece lo que yo siempre he reivindicado, la 'triple B', de deportes de balón, en la élite. Hablo de que el balompié, el baloncesto y el balonmano tienen que estar arriba. El ciudadano tiene que poder disfrutarlo y nosotros tenemos una responsabilidad también con eso y los miles de chavales que tenemos por abajo.

-¿Por qué la contratación de Chispi como nuevo entrenador?

-Pensamos que su juego es más alegre, más rápido, distinto. Quino Soler aportaba un juego más conservador, más desde la defensa. Creo que ahora puede ser más divertido. En la plantilla de la próxima temporada va a haber muchas caras nuevas. De hecho, se han ido diez jugadores.

-¿Va a haber un giro hacia la cantera en la filosofía de club?

-Somos el único club de España que tiene tres equipos juveniles. Estamos quedando campeones de Andalucía y clasificándonos para el campeonato de España, haciendo unos papeles francamente buenos y relevantes, entonces no tiene sentido que estemos trabajando tanto la cantera y que después no saquemos frutos. Eso tiene siempre el riesgo del momento en el que le das la oportunidad al joven, pero hay que hacerlo. Todos los grandes jugadores han sido jóvenes y cuando han debutado también.

-El Trops está jugando en el Alfonso Queipo de Llano, en Ciudad Jardín, con partidos en Los Olivos cuando hay programación en el primer pabellón. ¿Está contento con esta situación?

-Lo de Ciudad Jardín es recuperar un espacio importante para Málaga. Fue el templo de Caja de la Ronda, y después del Unicaja. Es verdad que el pabellón tiene pendientes importantes reformas, pero creo que es el sitio al que debemos aspirar y también lograr llenar para nuestros partidos. Todo eso llegará. Es un trabajo de años.

-Tras el descenso de Los Dólmenes se han quedado como el único representante de Málaga en la División de Honor Plata...

-Es una responsabilidad más grande ahora. Me ha dado mucha pena que bajara el Antequera, porque es un club amigo y, aunque hay rivalidad, nos llevamos bien y, egoístamente hablando, nos ha fastidiado un viaje muy corto. Deseo que vuelvan a competir bien este año y suban y estemos juntos.

-La crisis en el balonmano nacional, con presupuestos más bajos y menos profesionalización, hace que al canterano le cueste dar el salto dedicarse al balonmano. Usted lo vive en primera persona con uno de sus hijos que está aterrizando en el primer equipo. ¿ Existe esa dificultad realmente?

-El balonmano ahora mismo es un deporte muy atractivo, que tiene muchísima base jugándolo, pero es verdad que después de la crisis tan grande que hubo en el mundo promotor-constructor, que era el que sostenía a nivel de patrocinio el balonmano, esa crisis del ladrillo se trasladó inmediatamente al balomano. El jugador tiene que ser, ante todo, sensato. La vida del deportista acaba con 30 o 35 años. Yo le insisto a todos los jugadores de la plantilla que tienen que formarse, estar preparados para lo que venga después. Puede haber una lesión, puede haber muchas circunstancias. Y los jóvenes compaginan balonmano y universidad. Yo creo que son muy afortunados al poder hacer deporte a este nivel. Es una época preciosa en su vida y tienen que ir con las dos cosas.