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Donald Trump y Vladímir Putin volvieron a hablar este miércoles por teléfono largo y tendido. Según el presidente de Estados Unidos, «fue una buena conversación, ... pero no una conversación que vaya a conducir a una paz inmediata». No en vano, según el mensaje escrito por el propio Trump en la red social Truth, su homólogo ruso le trasladó «con mucha firmeza», que no se puede quedar de brazos cruzados y que «tendrá que responder al ataque contra los aeródromos», en referencia a la 'Operación Telaraña' con la que Ucrania logró destruir varios bombarderos estratégicos del enemigo el pasado domingo.
Desde Moscú, la agencia estatal RIA Novosti publicó algunos detalles más sobre la llamada, que duró una hora y cuarto: Putin justificó la violenta respuesta que prepara contra Ucrania, sobre la que no proporcionó más detalles, argumentando que «Kiev se ha convertido, esencialmente, en una organización terrorista» y que el gobierno de Volodímir Zelenski «está tratando de dar al traste con las negociaciones» que buscan alcanzar la paz entre los dos países eslavos.
Una idea similar le trasladó Putin al nuevo Papa, León XIV, que se había ofrecido a mediar entre los dos contendientes y con quien también mantuvo una conversación este miércoles. «Putin hizo hincapié en que el régimen de Kiev apuesta por la escalada del conflicto y lleva a cabo acciones de sabotaje contra infraestructuras civiles en territorio ruso», indicó el Kremlin en un comunicado. Según esa información, el líder ruso «reafirmó su interés en lograr la paz por medios políticos y diplomáticos, subrayando que para alcanzar un arreglo definitivo, justo y global de la crisis es necesario eliminar sus profundas causas», añadió.
75 minutos
duró la conversación telefónica entre Vladímir Putin, presidente de Rusia, y Donald Trump, su homólogo estadounidense.
500 soldados
presos quiere Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, que sean liberados en el próximo canje.
88% del arsenal
bélico nuclear del mundo está en manos de Rusia y Estados Unidos, las dos grandes potencias atómicas.
Tan profundas son que las dos rondas de conversaciones directas entre los dos enemigos, celebradas en Estambul, han sido un fiasco que solo ha logrado arrancar sendos intercambios de prisioneros, tanto vivos como muertos. Zelenski espera que este fin de semana sean liberados 500 militares capturados más, y Rusia ha ofrecido enviar también 6.000 cadáveres. Pero no ha habido acuerdo para el alto el fuego que exige el mandatario ucraniano y las delegaciones de ambos países han intercambiado sus condiciones para la paz conscientes de que la mayoría son completamente inaceptables para la contraparte. Así lo reiteró este miércoles Zelenski, y Putin añadió que rechaza una reunión al más alto nivel con él.
El Kremlin, por ejemplo, exige que las tropas ucranianas se retiren de las cuatro zonas que ha ocupado y anexionado mediante una reforma constitucional, y que el país invadido adopte un estatus de neutralidad que le impediría acceder a la OTAN y que reduzca considerablemente el tamaño de su ejército. Kiev, por su parte, demanda la devolución de 400 de los niños trasladados por los rusos, aunque Moscú solo ha aceptado el retorno de diez.
En medio de este macabro tango que no lleva a ninguna parte, los servicios secretos de Ucrania (SBU) propinaron el pasado día 1 su golpe más humillante a Rusia. 117 drones escondidos en contenedores que se suponía que transportaban casas de madera prefabricadas despegaron tras la retirada por control remoto de su cubierta ante la atónita mirada de los conductores de camión que se habían detenido en puntos cercanos a las bases en las que el ejército ruso estaciona su aviación estratégica.
Equipados con potentes explosivos, las aeronaves no pilotadas lograron esquivar los sistemas de seguridad y se lanzaron contra los aviones estacionados en las bases. Kiev asegura que logró destruir 41, un tercio de la flota estratégica rusa, aunque diferentes analistas reducen considerablemente ese número después de haber analizado tanto los vídeos proporcionados por los militares ucranianos como fotografías por satélite que recogen el día después. En cualquier caso, el SBU ha dejado en evidencia ante el mundo las graves carencias en los servicios de Inteligencia de Putin.
Donald Trump
Presidente de EE UU
Vladímir Putin
Presidente de Rusia
Por si fuese poco, el martes Ucrania volvió a atacar el puente que une Rusia y Crimea, la península que Moscú ocupó y se anexionó en 2014. Aún no está claro si la explosión que dañó uno de sus pilares fue producida por un dron marino o por explosivos plantados por equipos de buzos, pero demuestra que ni siquiera ataques previos, como el del camión bomba que destrozó una parte de la infraestructura en 2022, han servido para incrementar la seguridad.
Desde que se conoció el ataque a las bases aéreas, tanto medios rusos como propagandistas anunciaron que la represalia sería terrible, y en Ucrania tampoco lo dudan. Pero ya están acostumbrados a los constantes ataques con misiles balísticos y drones. «Ya nos han invadido y cada día matan a cientos de nuestros hombres. ¿Qué puede ser peor? Tenemos que defendernos», afirmó a este diario este miércoles Artem, un joven de la capital.
Este nuevo fracaso es otro golpe para Trump, el mandatario que más se ha implicado en una salida negociada a la guerra de Ucrania. En campaña electoral reiteró en numerosas ocasiones que el conflicto no habría estallado con él en la Casa Blanca y afirmó que podría resolverlo en sus primeras 24 horas como presidente. No obstante, la realidad es tozuda y se ha impuesto, razón por la que el presidente estadounidense ha amenazado en varias ocasiones con retirarse de las negociaciones. Eso sí, siempre ha mostrado mejor sintonía con Putin que con Zelenski, a quien ha presionado amenazando con retirarle el apoyo militar. Solo hace unos días anunció que podría imponer nuevas sanciones a Rusia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró este miércoles tras la conversación telefónica que mantuvo con Vladímir Putin que su homólogo ruso se ha ofrecido a ejercer como mediador en las negociaciones nucleares con Irán. «El presidente Putin sugirió que participaría en las conversaciones con Irán y que, tal vez, podría ser de ayuda para que esto concluyera rápidamente», escribió el jefe de la Casa Blanca en su red Truth Social. Tras las reticencias mostradas hasta ahora por Teherán para aceptar la propuesta planteada por Washignton, el magnate insistió en la «urgencia» de que el régimen de los ayatolás comunique su postura final: «Necesitaremos una respuesta definitiva en muy poco tiempo»
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