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Fueron los primeros en llegar al lugar del suceso. Habían perdido de vista el Peugeot 5008 al que perseguían, pero siguieron la dirección que había tomado en la huida. Una columna de humo les hizo presagiar lo peor. Lo siguiente que vieron fue el coche de los fugitivos reducido a un amasijo de hierros y al lado un Volvo XC40, con el que se habían estrellado, que estaban siendo pasto de las llamas.
Los dos policías locales, pertenecientes a la plantilla de Málaga, pararon el coche en el arcén y se bajaron para auxiliar a las víctimas. Mientras cruzaban la calzada, pidieron refuerzos por radio y una ambulancia. El Peugeot estaba volcado y el humo les impedía ver quién había dentro del Volvo. Uno de los agentes rompió la ventanilla derecha y encontró al subinspector Antonio Ramos dentro.
Eran las 5.10 horas de este jueves 5 de junio, un día que quedará marcado para siempre para su familia -deja viuda y dos hijos, ambos menores-, para la policía en general y para los 'Gotham' (el Grupo de Noche) en particular, donde el subinspector Ramos no sólo era el segundo de a bordo, sino que se había convertido en un referente para todos sus compañeros por su capacidad y profesionalidad.
Cuando llegaron los policías locales, el habitáculo del Volvo ya estaba ardiendo. Los agentes, con riesgo evidente para sus vidas, no dudaron en meterse dentro del automóvil y rescatar al policía nacional, al que pusieron en un lugar seguro, lejos del incendio. Cuando llegó la ambulancia, los sanitarios trataron de reanimarlo. Pero todos sus esfuerzos fueron en vano. El subinspector murió allí mismo.
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Con ayuda de varios compañeros, los funcionarios le dieron la vuelta al Peugeot para poder llegar a sus ocupantes. Los tres individuos, todos de origen búlgaro, habían fallecido en el acto como consecuencia del violentísimo impacto. A falta de un cálculo más preciso de la velocidad, se estima que circulaban a más de 150 kilómetros por hora. Durante la persecución llegaron a ir a 200.
Todo comenzó unos 20 minutos antes, sobre las 4.50 horas. La patrulla observó el Peugeot estacionado sobre la acera en la avenida Lope de Rueda, en Puerto De la Torre, a la altura del número 171, donde está ubicada la farmacia Rodulfo. El coche estaba con el motor encendido y las luces apagadas. Los agentes sabían que se buscaba un vehículo de esas características por una oleada de robos en boticas.
Cuando se acercaron al lugar, vieron a tres encapuchados subirse de forma apresurada al Peugeot. La intuición no les había fallado. Los agentes les cruzaron el vehículo para interceptarlos, pero los delincuentes se subieron a la mediana para sortear el patrulla y huir. Lo hicieron en dirección a la hiperronda, que está muy cerca, y tomaron la calzada en sentido Cádiz.
Otra patrulla que escuchó su aviso por radio se apostó con las luces apagadas en otro punto de la autovía. Cuando vieron pasar el Peugeot a gran velocidad, salieron tras él para tratar de darle alcance. El conductor del coche a la fuga hizo una maniobra evasiva para tratar de despistarlos: de pronto, aminoró considerablemente la velocidad y se colocó detrás de un tráiler.
Al adelantarlo, los policías se dieron cuenta de que iban dentro tres encapuchados, por lo que se colocaron justo delante y le cortaron el paso. El Peugeot no tuvo más remedio que frenar, hasta el punto de que llegó a golpear el patrulla en la parte trasera. Los agentes debieron de pensar por un momento que todo había terminado. Pero en lugar de detenerse, el conductor dio marcha atrás, efectuó un giro de 180 grados y continuó circulando por la calzada, solo que en sentido contrario.
A la altura del kilómetro 998, se estrellaron contra el coche del subinspector Antonio, que circulaba correctamente. No se apreciaron huellas de frenada en el asfalto. Las circunstancias de la colisión sólo las conocen ellos cuatro.
El Área de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga propondrá al Pleno de la Corporación la felicitación pública a los dos agentes de la Policía Local que auxiliaron al subinspector de la Policía Nacional fallecido la madrugada del pasado jueves tras la colisión con un turismo en el que tres individuos, que también murieron, circulaban en sentido contrario huyendo de la acción policial. Los funcionarios municipales Antonio Fernando Barragán Ballesteros y Antonio José Pérez Ruiz participaban en el operativo para interceptar a estos individuos, llegando incluso a darles alcance antes de que retomaran su huida en sentido contrario por la A-7.
Según la propuesta de reconocimiento, cuya ratificación está prevista en la sesión ordinaria del próximo 26 de junio, ambos agentes demostraron en el auxilio al conductor «una diligencia y arrojo por encima de las obligaciones inherentes al cargo, ya que para evitar que sufriese quemaduras que empeorasen aún más su estado e intentando salvar su vida, pusieron en peligro su propia integridad física introduciéndose en un vehículo en llamas y logrando sacarlo de forma eficiente sin sufrir daños personales, alejándolo del peligro y manteniéndolo con vida hasta que se hacen cargo los servicios sanitarios».
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